Este mes de julio se ha realizado otra fase de vuelos del Grupo Operativo “Proyecto I+D+i Agricultura de precisión en el olivar usando Sistemas Aéreos No Tripulados”, que coordina ASAJA-Jaén y en el que ASAJA-Almería también está colaborando. Se trata de la quinta de las campañas de vuelo desde que se comenzó a trabajar el año pasado en el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 300.000 euros, incluidos dentro del PDR 2014-2020 para grupos operativos y un plazo de ejecución de dos años.
Las campañas de vuelo constan de varios procesos. Por un lado, se realizan los vuelos con dron, de los que se encarga la Fundación Andaluza para el Desarrollo Aeroespacial (FADA-CATEC). FADA recuerda que su primera tarea fue seleccionar los equipos técnicos adecuados, que consistieron en un dron comercial cuya autonomía y capacidades cumplen con los requisitos establecidos. Se trata de un Matrice 600, al que se le acoplaron una siguientes sensores, también de acuerdo con las necesidades estimadas: Cámara termográfica: Flir Duo Pro R y una Cámara multispectral: MicaSense Rededge-M . En las instalaciones de FADA se integraron los equipos y se verificó su correcto funcionamiento en tierra, como paso previo a las pruebas de vuelo. Se realizaron diferentes jornadas de vuelo en las que se comprobó el comportamiento de los equipos en vuelo, incluyendo la correcta toma de imágenes según la programación prevista. Tras cada una de las campañas de vuelo se recopilaron los datos recogidos y se enviaron a la Universidad de Jaén para análisis y comparación con muestras foliares y de otro tipo recogidas y analizadas por el resto de los miembros del proyecto.
Teledetección
Los encargados de analizar estas imágenes son los miembros de la Universidad de Jaén participantes en el proyecto. Cuentan que, para poder extraer información útil de estas imágenes, ha sido necesaria la aplicación de ciertas técnicas del campo de la teledetección. Lo que se persigue es traducir la información digital que proporciona el sensor de la cámara a una magnitud física medible en otros procesos relacionados con la radiación solar y, de esta forma, poder comparar estas mediciones con las realizadas utilizando otros instrumentos. Además, al normalizarse la información recogida por el sensor, se puede realizar una comparativa directa entre diferentes imágenes, sea cual sea la hora, el día o las condiciones climatológicas con las que se tomaran. En definitiva, se necesita obtener el mapa de reflectancia del cultivo. Antes de obtener el mapa de reflectancia, se tuvo que trabajar con los métodos para obtener las imágenes de radiancia. Se obtuvieron así imágenes de radiancia calibradas a partir de las originales muestreadas en cada finca de olivos.
Muestras de campo
Dichos parámetros, como son la humedad del suelo, la maduración del fruto, el índice graso, entre otros muchos, se analizan a través de las muestras que se tomaron al mismo tiempo y en las mismas fincas que se volaron con los drones. De analizar estas muestras se encargan tanto el laboratorio Olivarum, de la Fundación Caja Rural, como el Instituto de Formación Agraria y Pesquera de la Venta del Llano (IFAPA). Desde el laboratorio Olivarum, de la Fundación Caja Rural, nos explican los muestreos se realizaron en la semana del 23 al 27 de julio, del 1 al 5 de octubre y del 5 al 16 de noviembre, al mismo tiempo que los vuelos de drones. En la primera campaña se tomaron muestras de hojas y en las dos siguientes de hojas y de aceituna.En cuanto a la hoja se tomaron muestras de los 6 árboles que constituyen cada subparcela y se realizó siguiendo el siguiente protocolo: se tomaron hojas alrededor del olivo, a la altura de los ojos del operador, de brotes sin fruto y tomados al azar, desechando los brotes vigorosos de crecimiento vertical según recomendaciones de Fernández-Escobar (2004). Dentro de cada brote se consideró el tramo correspondiente al crecimiento del año, tomando exclusivamente las hojas de la parte central de este tramo y solamente hojas bien desarrolladas y expandidas, que no presentaban ninguna anormalidad (ataque de plagas o enfermedades, necrosis, etc). Se tomaron las hojas completas, incluyendo el peciolo y sin la yema axilar. Por cada árbol se tomaron 12 pares de hojas y por tanto por cada subparcela se obtuvieron 144 hojas. Se conservaron en bolsas de papel convenientemente etiquetadas y en nevera hasta su entrega en el laboratorio.
Una vez en el laboratorio de Olivarum, las muestras se registraron y, antes de proceder al análisis, se lavaron con una solución de Tritón X100 a una concentración del 0,05% con fin de eliminar los restos de tierra y los residuos de los tratamientos propios del olivar, que podrían interferir en los análisis. A continuación se secaron y trituraron. A cada muestra se le ha analizado los siguientes parámetros: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio, sodio, manganeso, cobre, zinc y boro y se calcinaron. El análisis del nitrógeno se realizó mediante un analizador elemental C/N marca Leco. Para el resto se incineraron las muestras en horno Mufla y se hizo el ataque de las cenizas con ácido clorhídrico al 2%; partiendo de este extracto, el fósforo se analizó mediante espectrofotometría por el método de nitro-molibdeno-vanadato, y el resto de nutrientes mediante un equipo ICP-OES, marca Perkin Elmer.
En la actualidad se está realizando la recogida de muestras de suelos de cada una de las parcelas de ensayo. Dado que en cada finca se han establecido 4 subparcelas y se está tomando de cada una de estas una muestra de suelo a un nivel 0-30 cm y otra a 30-60 cm, se generaran por finca un total de 8 muestras de suelos. En total 40 muestras.
En lo suelos se analizan ahora, entre otros parámetros, el ph, la conductividad eléctrica, la textura, las gravas, el carbono orgánico, o el contenido de manganeso, cobre zinc, hierro, nitratos, fosfatos, sulfatos, cloruros…
El aceite extraído y sus características
En cuanto al IFAPA Venta del Llano , se tomaron muestras ( 2 kg) de fruto del conjunto de los olivos que componen cada subparcela . En total, cuatro muestras por parcela. En el fruto, se estudiaron diferentes ítems, como: el índice de madurez, que permite conocer el momento óptimo de recolección de la aceituna según la variedad; el peso medio. Para obtener este último, se pesa en una balanza una muestra homogeneizada de 100 aceitunas y se referencia el peso a estos. Otro de los aspectos que analizó y seguirá analizando el IFAPA es la relación pulpa hueso de la aceituna.
El IFAPA ya tiene resultados sobre esta “primera cosecha” de aceituna analizada en nuestro grupo operativo, mientras que Olivarum también puede hablar de cómo se encuentra el suelo y parte del fruto. Todos estos datos se contrastan ahora con las imágenes obtenidas por los drones y analizadas en la Universidad de Jaén con el fin de determinar si la tecnología dron es capaz de llegar o aproximarse a donde llegan los análisis de campo.