BALANCE DE ASAJA DEL 2023

La inestabilidad geopolítica, con diferentes conflictos internacionales abiertos, sigue marcando la situación  que viene padeciendo el sector agroalimentario. Son muchas las controversias legislativas que desde Bruselas siguen afectando a la actividad agraria. A ello se une la incertidumbre que nos presenta el año hidrológico. No en vano, las precipitaciones han sido casi inexistes en gran parte del territorio nacional, y en particular en nuestra provincia. La nota positiva viene, en parte dada, por las pizarras agrícolas. Sin embargo, los valores a los que se han vendido las frutas y hortalizas no podemos calificarlos como aceptables en todos los casos ya que, en casos como melón y sandía, en la última campaña, así como calabacín y berenjena, en parte de la presente, han cotizado por debajo de los precios que marcan la línea de los costes de producción.

En líneas generales, “2023 ha vuelto a ser un año donde los altos costes de producción se han tenido que compensar con los incrementos medios de los precios de venta en origen, provocando la pérdida de ingresos en aquellas producciones que por motivos climáticos o fitosanitarios no han podido llegar a niveles de producción normales”, señala la presidenta provincial de ASAJA Almería, Adoración Blanque.

En cuanto al sector hortícola

El año se puede calificar como positivo en el apartado ingresos para gran parte de las explotaciones hortofrutícolas. Productos como el tomate en todas sus variedades han mejorado su posición, recuperando, hasta el momento, parte de la superficie en cultivo perdida en años anteriores. Así, se estabiliza la superficie en cultivo de tomate y pimiento, dejando el mayor crecimiento en calabacín y pepino. Sin embargo, la sandía si perdió superficie en primavera por la falta de agua para riego en la zona del Levante.

Pero en este sector, afectando a la productividad, se han registrado incidencias en los cultivos no conocidas hasta el momento, que ya han consolidado su expansión y están provocando numerosos daños en nuestras producciones como es el caso del Virus Rugoso del Tomate, el Thrips Parvispinus en pimiento, o el nuevo Pulgón, entre otros. Por suerte, como en otras ocasiones, nuestro sector está demostrando la rápida capacidad de actuación que tiene antes estas incidencias y comienza a adaptarse para poder combatirlas con el aporte de la lucha integrada y el buen manejo de la producción de los agricultores de Almeria.

En otros sectores agrícolas

 Por orden de superficie, el sector del almendro no recordará este 2023 como un buen año, si bien es cierto que las temidas heladas no provocaron un gran daño en la producción, la sequía prolongada a la que se han sometido sí ha reducido en más de 40% la capacidad productiva. Otro aspecto que comienza a preocuparnos mucho en ASAJA-Almería ha sido el precio de venta en origen de la almendra. Tras unos años en los que los precios eran el principal incentivo para el productor y relevante como factor en el incremento de las plantaciones de almendros, este año se ha registrado un descenso notable tanto en variedades convencionales como ecológica, con una disminución porcentual del 24% y 30% respectivamente.

En cuanto al sector del cereal en extensivo, la falta de precipitaciones hace que este 2023 haya sido el peor año en producción en los últimos 40 años, donde la producción ha mermado un 90% por la falta de precipitaciones. Lo que “seguimos temiendo es que estando en plena campaña de la siembra para la cosecha de 2024, las lluvias siguen sin aparecer marcando el otoño/invierno más seco en las zonas productoras almerienses desde que existen datos”.

El olivar ha sido otro sector que ha sufrido la escasez de lluvias en aquellas producciones que están en secano, así como la falta de disponibilidad de agua para riego en las producciones que se encuentran en regadío. Con todos estos factores, nos encontramos con una producción muy baja en estos momentos de la campaña, donde previsiblemente no se alcancen las 13.000 toneladas de aceite previstas en octubre en el aforo de producción de Andalucía.

El sector de los cítricos ha tenido un año estable, en el que, a pesar de la problemática general de otros sectores, “el precio ha respetado en los momentos de máxima producción en nuestra provincia”. De igual forma se encauza esta nueva campaña con una situación similar a los comienzos de este año.

Por último, en este apartado, el sector vitícola de la provincia, que por suerte recibió las ansiadas precipitaciones a finales de mayo, ha obtenido una producción de calidad pese a una reducción del 25% en la producción.

En los sectores ganaderos

 La ganadería en general se ha visto afectada por el incremento de costes desproporcionado. “Las irrisorias cosechas a nivel nacional, ligado a conflictos bélicos fuera de nuestras fronteras, han provocado la tormenta perfecta para incrementar el precio de la alimentación para el ganado”.

Los ganaderos dedicados al sector de ovino y caprino han sufrido en la totalidad del año para poder alimentar al ganado. Los pastos carecían de valor proteico y la suplementación con pienso ha mermado la rentabilidad de las explotaciones. El precio actual de la carne, nunca antes conocido, no será capaz en muchos casos de compensar los altos costes de producción. Por otro lado, la reducción de la cabaña ganadera se acelera por falta de relevo generacional y mano de obra.

Los sectores ganaderos intensivos como el porcino y el avícola, pese a estar en su gran mayoría integrados por empresas que suministran el pienso, también han registrado mermas en sus resultados debido a la subida de los costes energéticos. A ello hay que añadir una reducción en el número de plazas de cría en las instalaciones por los cambios normativos, que afectan directamente a los beneficios de estas explotaciones. “Son ya varias granjas avícolas en nuestra provincia las que se están cerrando por estos motivos”.

 

La nueva PAC y sus normativas adjuntas

Todos los cambios de la Política Agraria Común han generado controversia en los estados Miembro, pero esta PAC será recordada por el incremento de la “burocracia administrativa” a la que las administraciones están sometiendo a los productores. Este 2023 comenzó con la aprobación a última hora a finales de 2022, de los Reales Decretos que regulan la nueva PAC, en su aprobación se demostró la falta de consenso con los representantes de los productores lo que ha llevado a una PAC cargada de retrasos, incidencias y notificaciones que han desbordado la capacidad de la administración, la de las entidades reconocidas para la tramitación de solicitudes y sobre todo la de los solicitantes.

El desconcierto y la inseguridad sigue marcando esta nueva PAC, que además de transformar los métodos tradicionales de producción agrícola, vaticina otro incremento burocrático con la implementación del Cuaderno de Campo electrónico, que afectará a todos los sectores productivos incluso en aquellos casos que no solicitan ayudas directas, como por ejemplo el sector hortícola de nuestra provincia.

Desde ASAJA seguimos solicitando al Ministerio de Agricultura más flexibilidades que hagan viable las implantaciones de todas las medidas medioambientales de este nuevo marco, así como la flexibilización también, en la condicionalidad reforzada que limita en muchos casos, una capacidad de producción de las explotaciones más necesaria que nunca.

En este 2023, no solo el cambio de las ayudas de la PAC ha suscitado la preocupación del sector agrario, hemos podido comprobar que desde Bruselas se vienen gestando una serie de normativas que solo van enfocadas a reducir la capacidad productiva de la Unión Europea, como son la Ley de la Restauración de la Naturales, la Ley de uso Sostenible de productos Fitosanitarias, la Estrategia de la Granja a la Mesa y en general el Pacto Verde Europeo. Cada vez más el campo siente cómo se incrementa su distancia ideológica con los legisladores, que en muchos casos actúan con enfoques ideológicos y no sobre informes científicos y/o agronómicos.

En cuanto a los acuerdos comerciales, todo sigue igual de favorable para que países terceros sigan incrementado su cuota de mercado dentro de la Unión Europea frente a nuestras propias producciones. En este tema también, la Unión Europea sigue dando la espalda al sector agrario.

En cuanto a las reivindicaciones

 

Este 2023 no ha estado exento de polémicas declaraciones contra el sector, que desde ASAJA siempre hemos salido a defender, como siempre. Pero, nunca antes, estas difamaciones venían desde nuestro propio Gobierno, donde los ministros de turno (Consumo, Trabajo, Transición Ecológica) han atacado sin pensar en las consecuencias que sus palabras pueden tener en un país tan exportador como el nuestro. Se han asistido a varias concentraciones por el territorio nacional en defensa del Sector Agrario y el Mundo Rural, como la que tuvo lugar en el mes de septiembre en Córdoba, donde se puso de manifiesto el malestar del campo con los poderes políticos.

 

El incremento de los costes de producción

Este 2023, ha puesto de manifiesto que el incremento global de los costes de producción ha llegado para quedarse y así se está reflejando en la cesta de la compra de los consumidores.

Concretamente la subida reiterada del SMI, que año tras año se incrementa de manera unilateral, ha provocado que los costes sociales hayan subido un 35% estos últimos 4 años, con la perspectiva que lo siga haciendo durante el próximo ejercicio. Este incremento prolongado, así como las modificaciones en los sistemas de contratación laboral (fijos discontinuos), están poniendo en jaque a sectores como el hortícola, que tienen una gran dependencia de la mano de obra.

 

En el resto de los insumos agrarios, si bien es cierto que el precio de la energía y los carburantes ha dejado de incrementarse, no han sufrido un descenso cuantitativo para colocarlos a niveles de prepandemia, lo que hace que los fertilizantes y fitosanitarios sigan con un alto precio que no tiene síntomas de bajar.

El agua

Como no podía ser de otra manera, en años como este con una sequía tan prolongada, el agua se convierte en el bien más preciado. Esta más que demostrado que en Almería sabemos cómo utilizar el agua de manera eficiente, pero ante recortes injustificados en los trasvases, pone de manifiesto la necesidad que desde ASAJA llevábamos años reclamando, como es un Pacto Nacional por el Agua que vertebre realmente los recursos hídricos de nuestro país. En nuestra provincia son ya históricas las reclamaciones que estamos manteniendo como la Desaladora del Bajo Almanzora, que sigue sin avances. “El agua no debe ser un tema político, por ello es crucial que se aborden las obras hídricas pendientes en la provincia para garantizar el aprovechamiento”, señala la presidenta provincial.

 

La Digitalización del Sector

Somos totalmente conscientes de que la digitalización tiene que llegar al campo, pero para ello es necesaria una transición progresiva apoyada en programas de formación a los agricultores y ganaderos. Desde ASAJA consideramos que esta transición es necesaria, pero no puede ser en ningún caso obligatoria y acelerada, como en el caso del Cuaderno de Campo Electrónico.