ASAJA-Almería solicita al ministro que no se demore más en la definición y publicación de los reglamentos de las ayudas de la nueva PAC que permite a los agricultores y ganaderos comenzar su planificación

La aprobación definitiva por la Comisión Europea del Plan Estratégico de la Política Agrícola Común Española (PAC 2023-2027) ha caído como un jarro de agua fría a los agricultores y ganaderos del campo andaluz; quienes una vez más serán los afectados con su entrada en vigor el próximo 1 de enero, a pesar de representar un 33% de los perceptores de la PAC. El principal motivo del desacuerdo con esta resolución radica en un recorte de ayudas que alcanzaría los 500 millones de euros; unas pérdidas desmesuradas e inasumibles consecuencia del trasvase de ayudas que el ministro de Agricultura Luis Planas ha trasladado desde Andalucía a otras Comunidades Autónomas, dejando en jaque mate al sector agroganadero de la región.

Asimismo, aunque el Plan Estratégico Nacional haya sido finalmente aprobado, es fundamental que el ministro no haga caso omiso a las alegaciones en contra de este plan que ha creado un malestar genérico en el sector andaluz. De igual modo, el sector agroganadero no dispone aún de los decretos concluyentes que definen la ayuda básica a la renta; o los pagos anuales directos que se otorgan por hectárea al aceptar compromisos medioambientales (Ecoesquemas). Por este motivo, ASAJA-Almería reclama que se acelere la publicación de las normativas que regulan estas ayudas, debido a que nuestros agricultores y ganaderos requieren comenzar su planificación y conocer las ayudas a las que pueden acogerse. “En ocasiones parece que pecamos de pedir poco, no reclamamos un desmesurado aumento del presupuesto, sino que el reparto sea equitativo en función de los beneficios que aporta la ganadería y la agricultura de cada región”, afirma la presidenta provincial Adoración Blanque.

De esta forma, se corrobora que las necesidades de nuestro campo no han sido recogidas, sobre todo si atendemos al plano medioambiental, donde se exige al sector una ecología extrema en detrimento de un presupuesto que el agricultor hasta ahora recibía precisamente por cumplir las medidas correctamente; “parece que a pesar de llevar a cabo la agricultura ecológica y sostenible que la PAC promulga, se ha decidido ‘castigar’ al agricultor enrevesando su acceso a estos fondos. Además, cabe destacar que, en el caso del sector agroganadero almeriense, es un sector que resalta por su trabajo para lograr esa transformación a una agricultura limpia y ecológica”, asegura Blanque.

Entre los objetivos establecidos de la futura PAC figuran fomentar un sector agrícola inteligente y diversificado que garantice la seguridad alimentaria; la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático; y asegurar un apoyo al relevo generacional que permita el fortalecimiento de las zonas rurales. Por ello, desde ASAJA-Almería consideramos crucial mostrar apoyo a nuestro sector; un sector caracterizado por su sostenibilidad en búsqueda de una producción agraria sostenible, y su modelo de agricultura familiar que intenta fijar la población a las zonas del interior y contribuye a la incorporación de jóvenes y mujeres al medio rural.

En la misma línea, la presidenta provincial recuerda la importancia de atender las necesidades del sector ganadero. Se deben mantener los pagos directos a la ganadería de esta provincia donde encontramos una cabaña de ovino reseñable; ya que es un sector que durante estos años ha demostrado su labor por fijar la población al territorio y mantener vivos los pueblos de la provincia; además de cuidar de los animales, y ayudar a mantener un monte limpio contribuyendo así a la prevención de incendios.

Por lo tanto, es evidente que esta resolución deja a un lado nuestras peticiones y nuestro campo, el cual no termina de superar obstáculos para sacar adelante sus producciones, su trabajo y su dedicación. Desde ASAJA-Almería creemos necesarias medidas urgentes que garanticen además de una corrección del Plan Estratégico que proteja el sector agrario; unos precios rentables para el agricultor; ayudas capaces de suplir este aumento de los costes de producción; y ayudas e inversiones que permitan paliar los efectos de la sequía.