El Comité Ejecutivo de ASAJA-Almería reunido el pasado viernes en Cuevas del Almanzora traslada su preocupación por la ausencia de noticias en torno a la continuidad de los proyectos que la provincia tiene pendientes para garantizar el acceso al agua, y especialmente en la comarca del Bajo Almanzora, donde llevan 8 años esperando a que se arregle la desaladora y en la que la dependencia de aportes de los trasvases del Tajo-Segura y Negratín hace que exista en estos momentos bastante preocupación para la próxima cosecha. “Los trasvases son para el Levante almeriense vitales puesto que los agricultores y las empresas agrícolas de la zona no contamos con otra alternativa”, recuerda Pascual Soler Presidente de ASAJA.

Por este motivo, y tras visitar el estado de la desaladora y de la rambla que ocasionó el desastre y que tampoco está completamente despejada, ASAJA ha solicitado una reunión al Subdelegado del Gobierno para interesarse por el estado del proyecto de arreglo de la desaladora del Bajo Almanzora, sobre la que existe el compromiso de ponerla en marcha, pero de la que a día de hoy no se tienen noticias.

La necesidad de culminar las infraestructuras hídricas que la provincia tiene pendientes es una de las reinvindicaciones históricas de los agricultores y que, a día de hoy, y siguen siendo fundamentales. ASAJA insiste en que las promesas “no pueden caer en saco roto, y especialmente después de un año especialmente complicado en el que hemos vuelto a tener inundaciones y destrozos, por eso tenemos que recordar que el arreglo de las ramblas no es un capricho,  y que contar con las infraestructuras adecuadas permitiría a los agricultores regular los recursos y optimizarlos aún más”.

ASAJA lleva años reclamando soluciones para municipios como Zurgena, Vera, Huércal-Overa, Pulpi, Antas o Cuevas del Almanzora, que viven mirando al cielo y con inquietud por la dependencia que tienen de los trasvases, por lo que el hecho de no tener garantizado el trasvase del Negratín, que previsiblemente se cerrará a finales de julio, o la petición del informe sobre el trasvase Tajo-Segura por parte del Ministerio de Transición Ecológica, está provocando inquietud y preocupación en estos agricultores porque no existe opción B a pesar de que se lleva años reclamando de despacho en despacho una solución. “Tiene que quedar claro que si a día de hoy no tenemos la desaladora, necesitamos los trasvases o tendremos que cerrar nuestras explotaciones y nuestras empresas”, concluye Soler.

El sector agrario necesita poder desarrollarse y continuar con su actividad para garantizar el abastecimiento de alimentos y generar empleo y riqueza, sólo en esta zona son más de 20.000 hectáreas las que necesitan estos aportes y las soluciones de forma urgente.