Dicen que la situación que estamos viviendo nos va a cambiar como sociedad. Dicen que en adelante, veremos la vida con otros ojos, valoraremos más lo que tenemos cerca, nos reinventaremos, y que saldremos de esta terrible prueba más fuertes y mejores. Almería y su agricultura son entonces el espejo en el que mirarse.
Nuestra actividad agrícola se ha forjado en las últimas décadas con un derroche de esfuerzo y de superación que son modélicos, y que nos ha aportado una fortaleza que, en estos días más que nunca, necesitamos, y que podemos exportar al mundo junto con nuestros tomates, pimientos, berenjenas y pepinos.
Desde el primer momento de estas difíciles circunstancias, cada uno de los trabajadores del sector ha demostrado una entrega absoluta, ha derrochado valentía y generosidad, sin necesidad de proponérselo, porque éstos son los valores en los que se ha cimentado el desarrollo de nuestra agricultura, y que, por lo tanto, los agricultores los llevan tan dentro, con tanta naturalidad, que para ellos es ordinario lo que para el resto de la sociedad resulta extraordinario.
Los principios sobre los que se sustenta nuestra agricultura son los que necesita nuestra sociedad para progresar. Siempre. Pero especialmente en estas circunstancias difíciles en las que debemos luchar para vencer la pandemia y para superar las consecuencias sobre la economía que se nos están anunciando.
Principios que identifican a nuestro sector agrario por su extraordinaria capacidad de adaptación inmediata a circunstancias cambiantes y su innovación continua, para mejorar la calidad, sabor y seguridad alimentaria de nuestros productos. También por su creciente sostenibilidad, aprendiendo a aprovechar al máximo los recursos naturales (el suelo, el agua y la energía), y convirtiéndonos en abanderados de la lucha biológica y contra el cambio climático.
Toda esta realidad se ha construido además a base de solidaridad, con una estructura social caracterizada por la cohesión y el respeto, cuyo fruto es la apertura a la integración de gentes procedentes de orígenes muy diversos. Y con una estructura económica de dimensión familiar, que también ha aportado valores a nuestro sistema de convivencia.
Cuando la inquietud se apodera de los hogares de todo el mundo, la agricultura almeriense se encuentra en disposición de lanzar un mensaje de optimismo y de ofrecer su ejemplo. Estamos preparados para enfrentarnos a lo que venga y para colaborar eficazmente a la construcción del futuro. Por ello quiero dar las gracias a todos los integrantes del sector, empezando por los agricultores, pero también a todos los demás implicados en actividades auxiliares, manipulado, transporte, comercialización, investigación, etc.
Mirándonos en vosotros, seremos capaces de superarnos.
Rocío Sánchez Llamas
Concejal de Presidencia, Agricultura y Pesca del Ayuntamiento de Roquetas de Mar