El Ministerio de Agricultura eleva el nivel de vigilancia y de bioseguridad en las explotaciones avícolas, como consecuencia de la situación de la zoonosis influenza aviar en el norte de Europa.

España, que hasta la fecha no ha detectado ningún foco, es una de las zonas de paso de las aves migratorias. Desde finales de julio, las autoridades de sanidad animal competentes han informado sobre la
circulación de influenza aviar altamente patógena en aves de corral domésticas y aves silvestres en el sur de Rusia y en Kazajistán.

En coincidencia con la migración de las aves silvestres de sus lugares de
reproducción, desde agosto a principios de diciembre, hacia lugares más
cálidos, se han detectado distintos focos. La mayoría en aves silvestres y de corral en Países Bajos y en Alemania, si bien en Reino Unido, un foco en
una explotación de reproductoras, y en Dinamarca e Irlanda, con un foco en un halcón peregrino en cada caso, también han notificado focos.

España eleva las medidas de vigilancia y bioseguridad
Dada la actual situación, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
eleva el nivel a “riesgo alto” y recuerda la necesidad de reforzar las medidas de bioseguridad en las explotaciones avícolas. Por tanto, se eleva a “riesgo alto”.

El objetivo es evitar el contacto directo e indirecto de aves domésticas con
las silvestres. Por ello se insta también a reforzar la vigilancia pasiva tanto
en explotaciones avícolas como en aves silvestres y notificar a los servicios
veterinarios oficiales cualquier sospecha de enfermedad de forma
inmediata.

Así, por ejemplo, se restringe la cría de aves de corral al aire libre, salvo
que se pueda asegurar que no entran en contacto con aves silvestres, a
través de telas pajareras u otro dispositivo que impida la entrada de aves
silvestres, y siempre que se alimente y abreve a las domésticas en el
interior de las instalaciones o en un refugio que impida la llegada de las
silvestres.